Por un Partido que impulse el progreso en Guerrero
Por: José Juan Bautista
Hernández
Desde que en 1849 fue creado el Estado de
Guerrero, Liberales, Militares, Porfiristas, Maderistas, Carrancistas,
Obregonistas, Delahuertistas, Nacionalrevolucionarios, Priistas, Perredistas y
ahora Morenistas, han gobernado este estado que en la actualidad cuenta con un
poco más de tres y medio millones de habitantes. Cada gobernante, cuando menos
los emanados de los procesos electorales, se propuso llevar a cabo algunas
acciones encaminadas a mejorar la vida de los guerrerenses. Por mencionar
algunos, en el gobierno de Adrián Castrejón Castrejón (1928-1933), se iniciaron
las carreteras de Chilpancingo a Tixtla y de Iguala a Teloloapan, y se dio un
impulso al desarrollo turístico de Acapulco creándose una infraestructura que
lo convirtió en un fuerte polo de atracción tanto para inversionistas como para
visitantes nacionales y extranjeros. La construcción de la carretera que unió al
puerto con el resto del país, entre 1925 y 1927, y al no haber un desarrollo
industrial importante en la entidad, hicieron que las inversiones se
canalizaron hacia este puerto. En el gobierno de Raymundo Abarca Alarcón
(1963-1969), se estableció el Programa de Alimentación Complementaria Rural.
Con Alejandro Cervantes Delgado (1981-1987), se construyó el Palacio Municipal
de Chilpancingo, y se creó la Radio y Televisión de Guerrero. En el gobierno de
José Francisco Ruíz Massieu (1987-1993), se construyó la Autopista del Sol. Los
acontecimientos negros también han acompañado a los gobernantes en los últimos
tiempos, que abusando del poder han reprimido al pueblo que ha demandado
atención a sus necesidades y proyectos. Raúl Caballero Aburto (1957-1961), fue
destituido por la represión del 30 de diciembre de 1960, contra el movimiento
que luchaba por la creación de la Universidad Autónoma de Guerrero en la que
hubo al menos 19 muertes. Rubén Figueroa Alcocer (1993-1996), dejó el cargo por
la masacre de Aguas Blancas del municipio de Atoyac, que dejó 17 campesinos
acribillados. Y Ángel Aguirre Rivero (2011-2014) tuvo que separarse del cargo
por la agresión y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Las dos alternancias sucedidas en el 2005 y en el
2021 no han servido de mucho, pues Guerrero sigue siendo uno de los tres
estados más atrasados del país. El 67 por ciento de su población vive en
pobreza, es decir, 2,363,188 guerrerenses. De estos, casi un millón, se
encuentran en pobreza extrema. Y solo 280 mil ciudadanos no son pobres. La
inseguridad, la violencia y la falta de empleos, lastiman la vida de la
población de bajos ingresos, de los profesionistas y de los productores
medianos, que en otras condiciones pudieran contribuir a generar empleos en la entidad,
ocupando la mano de obra que por miles emigran hacia los estados del norte del
país año tras año. El arribo de la 4T al gobierno federal en el 2018, ilusionó
a más de un millón de guerrerenses que apoyaron a este proyecto en las urnas,
sin embargo, salvo la repartición de recursos otorgada a un sector de la
población, ninguna obra de infraestructura, ni programas de inversión se
implementan en Guerrero, lo que genera estancamiento y mayor atraso. Como
ocurre en el resto del país, no se vislumbra un verdadero salto en el
mejoramiento de la vida de los guerrerenses con los gobiernos actuales.
Es en estas difíciles condiciones, en las que un
grupo importante de ciudadanos guerrerenses se ha unido en torno a la
“Asociación Civil Venciendo la Pobreza en Zonas Vulnerables”, para emprender la
formación de un Partido Político Local, que tendrá la responsabilidad en el
corto plazo, de hacer que la voz de la sociedad organizada sea tomada en cuenta
en los organismos oficiales del estado y del gobierno local, para que se
conviertan en parte de las políticas públicas empleadas por los gobiernos.
Proponiéndose también en el mediano y largo plazo, en la medida en que el
futuro Partido escale las posiciones políticas permitidas por la ley, proyectar
un programa que contemple la creación de empleos con salarios justos, mayor
inversión al desarrollo social de la población en condiciones de pobreza y la
aplicación de una política fiscal progresiva, en la que la población de menores
ingresos pague menos o se le excluya de la carga fiscal. Teniendo como meta la
eliminación de la pobreza en el estado y el progreso integral de todos los
guerrerenses. Los primeros pasos están dados.
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